El taller se celebró en Madrid el día 16 de junio de 2016.
En ocasiones podemos confundir otras entidades clínicas con el glaucoma de tensión normal.
La cantidad de pruebas a realizar se determinará por la cantidad de “atipicidad” de los pacientes:
No es infrecuente encontrarnos con hipotonía (PIO < 6 mmHg) en el postoperatorio del glaucoma. Además es controvertido establecer cuándo esta hipotonía es relevante desde el punto de vista clínico. Muchos autores consideran que una hipotonía “per se” no sería trascendente si no se acompaña de alteración visual, atalamia, maculopatía hipotónica o desprendimiento coroideo; sólo en estos casos sería necesario actuar terapéuticamente. Las causas de hipotonía son las siguientes:
Cuando el desprendimiento persiste y sobre todo cuando existe “kissign” se debe proceder al drenaje del desprendimiento coroideo.
Ante una cicatrización epiescleral, una opción interesante para revitalizar las ampollas fracasadas es la revisión con aguja e inyección coadyuvante de antimitóticos (5 fluorouracilo o mitomicina C). La técnica es relativamente fácil y puede realizarse tanto en la lámpara de hendidura como en el quirófano. En nuestra opinión es más sencilla y segura ésta última opción.
La técnica es la siguiente: bajo anestesia tópica o subconjuntival se aborda la ampolla con aguja de 30 G (es útil doblar la aguja con un ángulo de 45 a 90ª para facilitar la manipulación) a uno 5-10 mm de la misma y se procede a la liberación de las adherencias conjuntivales y del tapete (si el nivel de resistencia a la salida del humor acuoso se encuentra en el tapete puede introducirse la aguja bajo éste). Para mejorar la visualización algunos autores recomiendan la aplicación previa de apraclonidina o fenilefrina tópica (por su efecto vasoconstrictor). Una vez se haya conseguido observar la salida del humor acuoso al espacio subconjuntival se inyecta el antimitótico (5 fluorouracilo o 0,02 ml de MMC a una concentración de 0,2 mg/ml), alejándose de la ampolla unos 5 mm. Para evitar el Seidel en la zona de entrada, se aplica un toque de cauterio sobre la misma.
La tasa de éxito absoluto (con o sin tratamiento médico) con esta técnica es elevado rondando el 85% de los casos.
El implante ExPRESS, constituye un mecanismo no valvulado de acero inoxidabe con una pestaña distal que previene que penetre en exceso y un espolón proximal que previene su extrusión. Inicialmente se colocaba subconjuntival pero existían problemas de extrusión del dispositivo; posteriormente Dahan y Carmichael sugirieron colocarlo bajo un tapete escleral. Esta nueva técnica se inicia de forma similar a la trabeculectomía tradicional; se realiza una incisión subconjuntival en la base del limbo y un tapete del 50% de espesor escleral total. Antes de introducir el implante, se realiza una preincisión con una aguja de 27G en la línea gris y se introduce el dispositivo ExPRESS paralelo al iris tras haber rellenado la cámara anterior con viscoelástico. Posteriormente se sutura de forma firme el tapete para evitar hipotonías postoperatorias.
Se considera una alternativa fiable a la trabeculectomía con un porcentaje algo menor de complicaciones (hipotalamia, hiphema, desprendimiento coroideo). También consideramos que es una alternativa a otros dispositivos de drenaje no valvulados.
En el avance para ofrecer a los pacientes nuevas alternativas terapéuticas, recientemente se ha lanzado al mercado una combinación fija de brinzolamida 10 mg/ml y tartrato de brimonidina 2 mg/ml, comercializado con el nombre de 'Simbrinza' que viene a ampliar el arsenal disponible para aquellos pacientes con glaucoma en los que los betabloqueantes están contraindicados (pacientes con algunas patologías cardíacas o respiratorias) o en los que tampoco podemos usar prostaglandinas (edema macular, intolerancia local, etc.).